Octubre es el Mes de la Salud Mental, una fecha que nos invita a detenernos a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro bienestar emocional y, fundamentalmente, a derribar los estigmas y el silencio que todavía rodean este tema crucial.
Hoy, las cifras son contundentes e ineludibles: más de mil millones de personas en el mundo conviven con algún trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los diagnósticos más frecuentes. Sin embargo, pese a la magnitud de estos números que afectan a una gran parte de la población global, la salud mental sigue sin recibir la visibilidad, la prioridad y los recursos que, por su impacto, merece.
La Urgencia en Chile: No más Silencio
En Chile, la urgencia de actuar es dramática y evidente. Los suicidios ocurridos en los últimos meses, como los trágicos hechos en el Metro de Santiago, lo confirman con una crudeza desgarradora. Estos no son simplemente hechos aislados: son un doloroso y real reflejo de lo que sucede cuando las personas se encuentran en una profunda crisis y no logran encontrar a tiempo las redes de apoyo, el acompañamiento oportuno ni los espacios seguros donde puedan hablar de su sufrimiento sin miedo ni prejuicio.
Estos dolorosos casos no solo nos conmueven profundamente, sino que nos interpelan de manera directa como sociedad: ¿qué estamos haciendo realmente para prevenir que el dolor silencioso y la desesperanza se transformen en una tragedia fatal?
Un Desafío que Cruza Todas las Etapas de la Vida
Conversar de salud mental no se limita únicamente a hablar del mundo adulto. Es también una reflexión obligatoria sobre lo que ocurre en la infancia y la adolescencia, donde lamentablemente cada vez más niños y jóvenes manifiestan síntomas de ansiedad, depresión y angustia existencial.
Es pensar también en las personas mayores que enfrentan el duro peso de la soledad y el aislamiento. Es considerar a quienes atraviesan duelos o crisis vitales intensas. Y, de forma crucial, es visibilizar y apoyar a los cuidadores que asumen responsabilidades muchas veces invisibles y que requieren de su propio soporte emocional. La salud mental cruza la vida en todas sus etapas, y nos recuerda que el bienestar individual está profunda e intrínsecamente ligado al bienestar colectivo y a la capacidad de una sociedad de ser empática.
La Tarea es de Todos
La tarea de transformar esta realidad es enorme y nos involucra a todos sin excepción: familias, comunidades, colegios, empresas, autoridades gubernamentales y sistemas de salud.
Cada conversación abierta y honesta, cada gesto de apoyo y escucha activa, y cada política pública orientada seriamente a la prevención y el acceso a la atención son pasos esenciales que ayudan a construir, ladrillo a ladrillo, una sociedad más empática, consciente y protectora.
En Grupo Cetep estamos convencidos de que visibilizar la salud mental es el primer paso para cuidarla y transformarla. Por eso, durante todo el mes de octubre, estaremos desarrollando distintas actividades orientadas a concientizar sobre la importancia de este tema, acercando la conversación a más espacios, derribando prejuicios arraigados y entregando herramientas prácticas y efectivas para el bienestar emocional.
Queremos que este mes no sea solo una conmemoración, sino un punto de encuentro y reflexión profunda, un espacio donde podamos hablar de salud mental con la seriedad, la sensibilidad y la apertura que merece su impacto en la vida de las personas.
La salud mental es un desafío que no admite más silencios. Octubre nos recuerda con fuerza que cada acción —desde una conversación sincera entre dos personas, hasta un gesto comunitario de apoyo mutuo o una política inclusiva— cuenta decisivamente en el camino hacia una sociedad más empática, consciente y, sobre todo, saludable.
Por Claudia Barrera, médico psiquiatra y CEO de Grupo CETEP