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Reparto de tareas y conversaciones cotidianas: las claves para que familias sobrelleven marzo y el retorno a clases

Mar 6, 2024

Jéssica Santibáñez, académica de la Universidad San Sebastián, sede Valdivia, entregó recomendaciones ante los cambios de rutina que implica el inicio de un nuevo año escolar.

Ante los desafíos y cambios de rutina que implica marzo y el inicio del año escolar, Jéssica Santibáñez, académica de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián (USS), sede Valdivia, entregó diferentes recomendaciones para las familias.

Santibáñez, quien además es coordinadora del primer año carrera Psicología en la USS, explicó que “marzo es un momento de cambios y supone un desafío para las familias” ya que “los niños ingresan a un establecimiento nuevo o es su primer año de escolarización, en sala cuna, en prekínder. No solamente es un desafío para el niño que entra a un contexto nuevo, sino que también para las familias, que van a tener ciertos cambios, al acomodarse a nuevas rutinas, a nuevos horarios, nuevos roles”.

La académica precisó que “por ejemplo un niño que entra por primera vez a un jardín infantil, donde los padres nunca han tenido el rol de apoderados, eso también es un peso para los padres, por cómo responden ahora como apoderados a las exigencias de lo que significa este nuevo rol, entonces hay cambios en todo sentido”. Agregó que “en los niños el desafío es enfrentarse a esta sala nueva, a tías, profesores, compañeros nuevos, a un contexto escolar distinto”.

Frente a esto, la psicóloga precisó que un aspecto primordial es que los padres se repartan las tareas. “La idea es siempre que los padres, como adultos, puedan coordinarse respecto a los distintos procesos. Si son nuevos como apoderados, ojalá estar en conjunto en el proceso de adaptación que tengan los menores, en los jardines infantiles hay un proceso de adaptación, entonces la idea es que se coordinen bien para que ese peso o ese estrés que puede ser ingresar al sistema educativo, no se vea reflejado en la cotidianidad con los niños”, dijo.

Con todo, Santibáñez indicó que “la idea es que todo eso los padres lo hablen como adultos, en el sentido de cómo lo vamos a hacer con ir a buscarlos, con ir a dejarlos; qué redes de apoyo tenemos, por ejemplo, si no coinciden con los horarios de trabajo. Ahí la idea es que las familias puedan ir encontrando esas redes previamente, para que no se encuentren con dificultades en el camino. Es importante que los adultos puedan hacerse cargo de las expectativas de estos nuevos roles, compartiéndolos entre ellos más que mostrarle a los hijos el estrés de lo que significa este nuevo rol o proceso”.

En ese sentido, la académica de la USS precisó que el estrés se puede generar en diferentes contextos. “Tenemos por un lado a los niños, que están en el proceso de conocer un lugar nuevo, de compartir con personas nuevas. Los adolescentes también pasan por un proceso al tener que compartir y sentirse pertenecientes a algún grupo, también para ellos puede llegar a ser estresante el tener que socializar. Mientras que, para los adultos, el manejar las rutinas de la casa, con el desafío de que los hijos se resistan, por ejemplo, a acostarse o a levantarse más temprano, hasta las expectativas de, por ejemplo, lo que espero que mi hijo responda a nivel académico o porque no socializan en el contexto escolar”, sostuvo.

Frente a estos escenarios, puntualizó la profesional, la principal recomendación es mantener una conversación cotidiana en las familias. “Lo importante es conversar con los niños, anticiparles qué vamos a hacer, conversarles qué va a ocurrir, que conocerán niños nuevos, tías nuevas, habrá actividades, ir siempre desde la motivación de lo que significa este contexto nuevo. En el día a día, de forma genuina ir preguntándoles cómo les fue, y uno mostrar interés como adulto, para que te cuenten cómo estuvo su día… Eso es clave en el proceso de adaptación, para que los niños visualicen que estamos interesados genuinamente en saber qué hicieron, cómo se llaman los amigos que hicieron, qué dijo la tía, el profesor. Eso hacerlo una conversación cotidiana, no un cuestionario, sino algo que salga de forma más natural y familiar”, afirmó

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